2.2 | Niños y niñas, sus cuidadores/as y otros residentes

En las intervenciones de construcción codiseñadas, los niños y niñas, sus cuidadores/as y demás residentes no son receptores pasivos de un servicio. Se trata de socios fundamentales que juegan un papel activo durante todo el proceso. El papel de la comunidad local puede ser facilitado por organizaciones e instituciones comunitarias que cuentan con relaciones y redes establecidas. Esto incluye al escultismo, grupos de jóvenes, grupos religiosos, equipamientos de salud, ONG locales, escuelas, clubes sociales, centros comunitarios, etc. Se trata de algo muy importante en contextos urbanos donde, de lo contrario, puede resultar difícil alcanzar y organizar la participación del grupo destinatario. En ciertos casos, puede ser apropiada la creación de un comité local / vecinal inclusivo para la intervención, en particular cuando las organizaciones y los grupos comunitarios existentes representan apenas a una parte de los potenciales usuarios/as de la intervención.

Contar con integrantes de la comunidad como parte del personal del proyecto, por ejemplo, como animadores / movilizadores o investigadores locales, es una estrategia eficaz para garantizar una colaboración continua. En contextos donde existen altos niveles de privación, las oportunidades de remuneración que ofrece el proyecto pueden generar tensiones. La distribución de dichos puestos entre los y las integrantes de la comunidad y los niveles de remuneración han de conversarse y acordarse cuidadosamente con los actores locales. Por ejemplo, si se ofrecen únicamente a los y las integrantes de la comunidad de refugiados/as, esto puede generar una reacción violenta por parte de otros residentes.

La transparencia sobre los objetivos y la escala de la intervención desde el inicio genera confianza en la comunidad, incluidos los y las menores. La comunicación es algo fundamental para el desarrollo de esta relación de confianza. La reputación de las ONG o de las administraciones locales dentro de la comunidad constituye un activo importante que se debe cuidar, ya que una mala reputación moldeará las actitudes y la participación de la comunidad, socavando así el éxito de las intervenciones presentes y futuras.

Los actores locales con poder pueden influir o incluso obstaculizar los proyectos. Estos pueden variar desde familias poderosas, grupos locales o, en ciertos contextos, incluso organizaciones delictivas. Saber reconocerlos es muy importante, al igual que desarrollar una estrategia para lidiar con los mismos. Las intervenciones con y para las personas menores de edad tienen la ventaja de que, en muchos casos, la mayoría de los actores comunitarios están a favor de las intervenciones que beneficien a los y las menores de su comunidad.

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