Deben establecerse protocolos y procesos éticos. El consentimiento y asentimiento informado ha de obtenerse tanto de los cuidadores/as como de los niños y niñas, al presentar los objetivos de la intervención y lo que se espera de las y los menores, empleando medios apropiados para su edad. Como en muchos contextos, los niños y niñas no pueden legalmente dar un verdadero consentimiento informado hasta los 18 años, sino que se les pide su asentimiento. Obtener el asentimiento de los niños y niñas, cuando acceden a participar, es un proceso importante. La participación infantil pertinente y voluntaria, al igual que la transparencia, la honestidad y la rendición de cuentas son elementos primordiales. Al establecer un proceso de asentimiento continuo con los niños y niñas, se crea un espacio seguro para que participen.
Una forma sencilla de lograrlo es que los niños y niñas practiquen la oración: “¡No! No me siento cómodo con…” al comienzo de cada sesión, y para animarlos a usarla cuando no quieran participar o hablar sobre un tema en particular. Los niños y niñas pequeños/as quieren agradar a los adultos o están acostumbrados/as a contextos domésticos y educativos en los que tienen que obedecer y, como tal, puede que hagan lo que se les pide, aunque no lo quieran. Por lo tanto, acostumbrar a las y los menores a decir “no” cuando no quieran hacer algo es muy importante.
Otra forma eficaz e inclusiva de obtener un asentimiento continuo es mediante el uso de gestos o artefactos. Por ejemplo, se les puede pedir a los niños y niñas que hagan una señal de “pulgar hacia arriba” cuando quieran participar
en una etapa de la intervención, o una señal de “pulgar hacia abajo” cuando no lo deseen. Esto anima a los niños y niñas que podrían no sentirse cómodos/as a la hora de hablar a expresar su asentimiento continuo. Es importante que los facilitadores o facilitadoras sean sensibles a la comunicación no verbal de los niños y niñas, y utilicen su propio juicio. Es posible que las personas menores de edad no expresen su desacuerdo explícitamente, pero pueden manifestarlo mediante expresiones faciales, falta de atención o en su mirada. También se les debe recordar a los niños y niñas que pueden retirarse en cualquier momento si así lo desean.