Deben existir procedimientos claros para la supervisión de la obra. Se trata de dos actividades principales: supervisión técnica y supervisión en cuanto a políticas (salud y seguridad, medidas de salvaguarda, etc.). La supervisión técnica garantiza que se respeten las especificaciones de diseño en términos de dimensiones, especificaciones y calidad de los materiales de construcción. Este tipo de supervisión debe realizarla un profesional calificado, como un arquitecto/a o un ingeniero/a. La supervisión en cuanto a políticas implica garantizar que todos los aspectos indicados en el proceso de adquisiciones y el plan para la gestión de las obras de construcción se implementen en el sitio.