Edad recomendada: 4+
El mapeo participativo implica la creación de mapas mediante un proceso que identifica las relaciones entre lugares y comunidades locales, como reflejo de la comprensión social y cultural de los paisajes de las comunidades locales.
Mediante el uso de mapas, los y las participantes pueden examinar distintos aspectos del área focal (acceso, transitabilidad, etc.) y visualizar sus ideas (por ejemplo: “Aquí deberíamos agregar esto”). Los ejercicios de mapeo pueden usar imágenes satelitales y modelos 3D del área focal para interactuar con los y las participantes. En el caso de los niños y niñas, el uso de modelos 3D puede facilitarles la comprensión de las complejidades (por ejemplo, la organización del espacio) de un espacio e interactuar con éste de una manera lúdica. Aunque las representaciones 2D pueden ser más apropiadas para niños y niñas más pequeños/as. La visualización de las ideas de los y las participantes puede darse a través de diferentes medios creativos: pegatinas/ calcomanías, alfileres, notas adhesivas, fotografías, dibujos, etc.
Consulte el informe del FIDA ‘Good practices in participatory mapping’ [Buenas prácticas de mapeo participativo] para obtener más información sobre esta herramienta.
El mapeo participativo puede ayudar a dar respuesta a las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son las ubicaciones que interesan a las personas?
- ¿Dónde están ubicados y distribuidos los equipamientos (p. ej., escuelas, parques, centros de salud, puntos de agua, lugares de culto, áreas de juego, mercados, transporte público)?
- ¿Cuáles son las necesidades de las personas en esos lugares?
- ¿Cuáles son los problemas y oportunidades en términos de espacio?
- Qué elementos caracterizan la zona o lugar de la intervención, por ejemplo: aceras/calzadas, árboles, papeleras, comercios, etc.